Incluso el silencio parece divertido [Edward]

Tic, toc, tic, toc..

Sonaba una y otra vez, no dejaba de sonar por más que lo intentara, tapo sus oidos con ambas manos, hacia mucho que no veia un reloj, ni mucho menos un calendario simplemente por que no le interesaba, se sentia asqueado de todo, no toleraba ni el más minimo murmullo, la sola presencia de vida, de felicidad, de entera existencia grata le lastimaba como millones de agujas, la herida esta abierta sangraba aunque pareciera increible, pero la voz, la vitalidad de una chica lleno su mente ideas que iban y venian que intentaba alejar a toda costa.

-Por que todo sigue, por que no se detiene, por que no desaparece o quizas el unico que debe desaparecer soy yo, pero no es posible, mi hija, mi esposa, mi familia, como renunciar a ellos, a su felicidad, como alejarme- solto el aire que habia estado conteniendo, abriendo los ojos en la penumbra en la que se encontraba, aquella voz aun seguia resonando, quito con pesadez las manos de sus oidos, se levanto acercandose a la ventana la corrio y todo permacia quieto, arrullando la noche se movió pesadamente caminado con tranquilidad saliendo por fin de aquel enorme castillo.

-Una busqueda, un encuentro, ¿que hay más hallá?, ¿dónde encontrar? ¿cómo saber donde está?- su mente no dejaba de preguntarse, de indagar, de sentirse desesperado, incontrolado, abatido un millon de sensaciones y pensamientos que formaba mientras caminaba tranquilamente por el enorme castillo aquel que habia recorrido solo una vez desde su llegada y del que tampoco tenia ningun interes, inhalo profundamente sintiendo dos aromas muy peculiares, un flachaso llego- Nessie,- medito un momento dandose cuenta de que aquel aroma no le pertenecia, el dolor volvio a sumirlo lastimandolo con fuerza, escucho las palabras de la chica y la imagen de aquel animal, una mueca se formulo en sus labios al escucharla avanzar hasta detras del arbol.

-Imposible esconderse- murmuro con una sonrisa que por más que intentase jamás lograría llegar hasta su mirada, espero a que apareciera aunque claro no era necesario para saber como era, tenia ya su rostro en la mente, el de ella y el de su compañero, finguio que no sabia nada y continuo caminando con tranquilidad.

[i]

Miré a mi buen amigo sin poder dejar de sonreír ampliamente, estaba muy emocionada aunque todo se tratara de un simple juego, e incluso, por la forma en que Péngyou movía su larga cola, sabía que él también estaba interesado en todo esto, quizás era nuestra propia imaginación la que nos mantenía motivados en todo ésto. Entonces los pasos se escucharon aun más cerca aunados a un murmullo que no entendí ¿me habrían descubierto? agudicé un poco más el oído percatándome que aquella persona se había detenido, ahora estaba segura de que se trataba de un ente que andaba en dos piernas por sus murmullos pero al tratarse del castillo ya estaba segura de que era un vampiro, lo extraño me parecía ahora es que no me hubiera descubierto. Dediqué una mirada significativa a mi buen compañero sonriendo con algo de satisfacción quizás habíamos mejorado en eso de ocultarnos, aquello era mucho en nuestro favor, desde mi perspectiva.

De pronto el andar del vampiro reanudó, me quedé mirando a mi tigre negado ligeramente con la cabeza, al tiempo que con mi boca pronunciaba "no todavía no" pero sin emitir sonido, en éste punto del juego lo mejor era no echar todo a perder emitiendo algún sonido. Como siempre Péng, que es muy listo, me entendió y dejó incluso de mover la cola. Pasado un minuto desde que escuché que el vampiro comenzó a continuar su camino, asentí en dirección a mi tigre, entonces me asomé un poco por el tronco al igual que él por el otro lado. Llegué a ver a un chico, y digo que era chico porque tenia el cabello corto y caminaba como un chico...bueno no es que observe mucho como caminan los demás pero...bueno. Con mi mano hice una pequeña señal a mi tigre para que corriéramos sin hacer mucho ruido hasta el siguiente árbol - shhh mas cuidado podría descubrirnos - susurré muy bajito a Péng luego de que éste pisara una rama que crujiera fuerte.

Ya más de cerca vi mejor al chico, definitivamente no se trataba de Leo...bueno aunque él quizás me hubiera reconocido desde el principio ¡era muy agudo en sus sentidos! a lo mejor era uno nuevo...aunque...¿acaso era él? viéndolo mejor me dí cuenta de que no era precisamente de los nuevos, se trataba del chico que papá dijo se llamaba Edward y que tenía un don muy especial. Jamás había hablado con él, algo me daba como pena de acercarme...pues por el rostro que siempre tenia como de angustia me hacia pensar que de acercarme lo molestaría. Miré indecisa a Péngyou, evaluando que debíamos hacer ¿qué tal si no le gustaban los juegos y se enojaba? Finalmente me decidí, y haciéndole una señal a Péng para que me siguiera me apresuré hasta su costado - ¡Buuu! - dije mas a forma de broma que con intención de asustarlo, Péng, por su parte, dio un gran salto parándose delante de él juguetón - Espero no molestarle, pero es que usted también se ve aburrido - dije de repente mostrando una pequeña sonrisa.